El primer paso es elegir el tipo de simulador que mejor se adapte a las necesidades del usuario. Para esto, cada simulador cuenta con una guía didáctica que indica características tales como: público objetivo, competencias, habilidades que se trabajan y actividad a la que se dedica la empresa simulada.
Por otro lado, también cuentan con un manual, con una descripción detallada de los apartados que conforman cada simulador y decisiones que se pueden adoptar en cada uno de ellos.
Una vez elegido el simulador, sólo se necesitará para su uso una conexión a Internet, ya que cada simulador es una aplicación Web y no se requerirá instalar ningún tipo de archivo en el ordenador.
Los simuladores imitan la creación y gestión de una empresa, de manera que quienes participan en la simulación asumirán el papel de directores. Durante un horizonte temporal ficticio de varios meses se deberá tomar un serie de decisiones para lograr una gestión que determine la obtención de una valoración óptima.
De esta manera, los usuarios podrán ver de manera práctica y con ejemplos numéricos las situaciones que podrían encontrarse en caso de crear o dirigir una empresa en la vida real.